Parece ser que los docentes, sobre todo aquellos que están más interesados en la neuroeducación o en la neurodidáctica, somos propensos a caer rendidos ante soluciones educativas que supuestamente implican conocimientos sobre el cerebro. Digo «supuestamente» porque en lo que de verdad están basados es en pseudociencia, malas interpretaciones y dudosa ética.
Los neuromitos son creencias o pensamientos errados sobre el cerebro y su funcionamiento. Se propagan sin parar por sistemas y centros educativos, docentes, familias y cualquier persona que tenga interés en el tema. Campan a sus anchas auspiciados por prensa sensacionalista y empresas educativas cuyo interés real no puede ser el de crear una mejora en la educación, sino serían mucho más responsables y coherentes.
Aún recuerdo el día que cierta editorial llegó a mi centro educativo para vendernos libros de texto basados en estilos de pensamiento. Ni que decir que en general estábamos maravillados de la aplicación directa del laboratorio al aula. Recuerdo pensar que ese tema me sonaba que era un neuromito, pero no podía explicarlo, así que callé la boca. Fue entonces cuando tomé la firme decisión de formarme, todo lo que pudiera. No quería que me volviera a pasar, la próxima vez quería tener los recursos para poder ponerlos encima de la mesa y decir NO.
Las últimas investigaciones sobre la persistencia de neuromitos indican que aunque los interesados posean un conocimiento general acerca del cerebro, no están exentos de creer en ellos. Estas investigaciones también indican que aquellos docentes que están más interesados en las neurociencias y en su implementación educativa, son más propensos a caer en falsas creencias, pues están más expuestos a los neuromitos por su neurofilia que los que no tienen interés ninguno en el tema.
¿Qué podemos hacer entonces?
Estas son algunas ideas que yo personalmente vengo aplicando desde hace un tiempo:
1-Fórmate, todo lo que puedas, y esto no tiene por qué implicar pagarse un máster o sacarse una carrera nueva. Si puedes genial, pero si no, hay muy buenos cursos, vídeos y lecturas que harán las delicias de los autodidactas.
2-Estate pendiente de las últimas investigaciones y descubrimientos en el campo de estudio. Puedes pasarte por nuestro Repositorio Web o nuestra Base de Datos.
3-Cambia las fuentes de consulta cuando algún tema en concreto te interese y desees profundizar, es decir, menos ciencia divulgativa y más artículos científicos. Aquí se debe estar pendiente del tipo de muestra, la metodología de investigación, la consistencia de las conclusiones, la replicación del experimento,… pero si esto se nos escapa podemos fijarnos en el índice de impacto de la revista a consultar, es un indicativo de la calidad del estudio.
4-Desconfia de todo «titular bomba» o «sensacionalista», y de todo «método maravilla» que aparezca de repente.
5-Busca la evidencia científica cuando te presenten un programa o método didáctico basado en el cerebro.
6-Aplica el sentido crítico a todo lo que escuches, leas y veas relacionado con el tema.
7-Consulta a personas que sepan del tema.
8-Leer e investigar en concreto sobre los neuromitos ayudará a erradicarlos. Ya nadie podrá colarte de buenas a primeras el Brain Gym o el Método VAK por poner algún ejemplo.
De esta última idea surge el reto lanzado en redes sociales a través de Neurodidactic y que hemos llamado NEUROMITO VS NEUROEVIDENCIA.
La idea es lanzar pregunta a pregunta la misma encuesta que un estudio científico realizó a docentes del Reino Unido y Holanda en el año 2012 para determinar su conocimiento en neuromitos, y al finalizar el tiempo de encuesta aportar la explicación del reto.
Si sois neurocientíficos, expertos en el tema o simplemente estáis muy interesados, os invitamos a participar no sólo de la encuesta, si no de la construcción del conocimiento sobre ella una vez haya acabado.
Solución Reto 1: próximamente.
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González-García, M. (2018, febrero 20). Neuromitos. [Registro web]. Recuperado de https://wp.me/p8lvx7-c8
Bibliografía:
Pasquinelli, E. (2012). Neuromyths: Why do they exist and persist? Mind, brain and education, 6(2), 89-96. DOI: 10.1111/j.1751-228X.2012.01141.x
Dekker, S., Lee, N.C., Howard-Jones, P. y Jolles, J. (2012). Neuromyths in education: prevalence and predictors of misconceptions among teachers. Frontiers in Psychology. DOI: 10.3389/fpsyg.2012.00429
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