El Learning Analytics o Análisis del Aprendizaje, consiste en analizar datos de los dispositivos electrónicos o plataformas digitales que utilizan los alumnos para adaptar los procesos de enseñanza aprendizaje a sus necesidades.
Hay que tener cuidado en cómo interpretamos o utilizamos esta lectura por algoritmos de la huella digital de los alumnos, ya que se puede dar por hecho que sabemos lo que pasa en la cabeza de un alumno por el número y tipo de clics que realiza en una plataforma digital. Un autor lo llamó el peligro de la «clicometría».
Creo que no se debe de correr hacia la meta como pollo sin cabeza ante cualquier innovación tecnológica, sino que hay que hacer una reflexión antes y después de la práctica sobre su utilidad, beneficios, modelo de implantación, medidas de prevención o correctivas, etc. en nuestra aula, institución y por último la sociedad, porque aunque no lo parezca muchas de estas innovaciones vienen cargadas de ideología.
Los datos que nos aportan pueden servirnos para reorientar la clase o para planificar futuros proyectos, sí, ¿pero estamos preparados para realizar una lectura correcta de los mismos? O más bien ¿nos vuelve dependientes de resultados descontextualizado?
El Learning Analytics no mide los procesos de aprendizaje de los alumnos, mide el uso que se hace del entorno digital de aprendizaje. Son cosas muy diferentes, y tomar exclusivamente como referencia lo segundo para implementar medidas adaptativas es una opción incorrecta.
En caso de que los docentes utilicen los datos de forma poco crítica o se les presente de forma cerrada desde la plataforma de análisis, puede llevar a conclusiones erradas o a que los alumnos puedan trampear para buscar su beneficio.
Por ejemplo, en relación a la participación en los foros, los alumnos pueden llegar a hacer más comentarios porque saben que el porcentaje de participación se tiene en cuenta, pero resulta que son comentarios vacíos. También puede ocurrir que entrar y salir muchas veces a un vídeo explicativo se cuantifique como que el alumno ha tenido problemas para su comprensión, sin embargo un número alto de revisiones no tiene por qué significar eso. Al igual que tener información sobre los alumnos que han visitado el contenido, no significa que se lo hayan visto y mucho menos aprendido, y nada quita que se pasen las respuestas a los controles digitales por mensaje entre ellos. Es decir, el análisis del Big Data Educativo, por sí sólo no sirve.
Estos son sólo algunos de los problemas que genera el depender exclusivamente de la medida. Analizar el proceso de enseñanza aprendizaje desde un punto de vista puramente cuantitativo es muy peligroso y esto es lo que se nos viene encima a todos los niveles si no cogemos con pinzas la aplicabilidad del Learning Anaytics. Además, que no nos quepa duda de que el mundo de la empresa está en una lucha encarnizada para ver quién es el que vende la solución digital con el lazo más bonito.
En conclusión, no toda innovación significa que sea buena por el hecho de ser novedosa, yo por ahora voy a coger sitio en el banquillo para mirar el partido. Hoy más que nunca me parece que la prioridad es invertir en la formación de nuestros docentes para que comprendan los procesos del cerebro, la mente, el cuerpo y la educación, y menos en tecnologías con inteligencia artificial que pretenden ser sustitutas del conocimiento, la creatividad y la razón humana. Al menos por el momento.
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